lunes, 4 de enero de 2010

¿A CUÁLES PERIODISTAS?


Esta recordación del Día del Periodista Ecuatoriano, tiene matices especiales, por lo que se hace necesario realizar algunas preguntas. ¿A cuáles periodistas, se refieren las críticas, apelativos y autocríticas vertidas en el proceso político que vivimos? ¿Cómo nos vemos los periodistas actualmente? ¿Estamos preparados para los retos del futuro?

Como señalan algunos comunicólogos, probablemente la práctica de informar siempre depende de factores coyunturales y éstos cambian constantemente. Se han ido enredando los intereses del sector privado y los órganos del Estado. En cualquier caso se señala que el periodismo actual, salvo casos concretos, es un periodismo complaciente y se comprueba cuando se aborda a una autoridad y nadie le hace preguntas incisivas. Todo queda como en intento, como en risas, como en un silencioso acuerdo cómplice.

¿Qué periodismo estamos haciendo? Se preguntan los estudiosos del oficio. A grandes rasgos, la experiencia nos revela una posible respuesta. El trabajo que se realiza en los medios de comunicación es débil en su rigurosidad metodológica y se apoya demasiado en reproducir las declaraciones de los actores sociales sin preguntas o cuestionamientos y, por otro lado, al pretender ser crítica, sin criterio ni rigurosidad, se convierte más bien en un atentado a los derechos, se abunda en comentarios que al ser excesivos, caen en la divagación, sobre todo si no se está bien sustentado, dejando en evidencia a momentos agendas ajenas al rol del comunicador. Otra conclusión, es el afán de los periodistas a destacarse sobre los demás y la resistencia a trabajar en equipo. Llegando inclusive a la competencia desleal o al servilismo.

En esta época de confrontación política, estamos obligados a estar en el campanario y no en la procesión, sin cometer los errores de algunos medios, de tomar partido. No se puede caer en el juego de las acusaciones y las provocaciones desde el poder y desviarse del trabajo por el bien común, a sabiendas de que hay un régimen crítico, que habla a diario. Hay que informar sobre las líneas de conducta de un periodismo que no solo registre la política, que tiene hastiado al país. Generar buenas noticias y buscar en la sociedad hechos positivos, que a veces permanecen ocultos. Reflejar los problemas del ciudadano y trabajar para lograr el respeto del ordenamiento jurídico. Esto no significa que se tenga que ocultar o dejar de reflejar los sucesos de una sociedad en crisis de valores, sin escandalizar, manipular ni esconder. En el campo de la formación, hay un reto para la cátedra, de entregar a los futuros comunicadores, además de herramientas técnicas, profundos valores éticos, predicando con el ejemplo.

El poder debe entender el papel del viejo principio de la profesión, ser perro guardián de las instituciones, que a las autoridades y dirigentes políticos les incomoda. Les disgusta que les investiguen. Si al poder se le ha calificado de arrogante, también existe en el periodismo, no en todos. Cada medio y cada periodista debe responder por lo que hace. Tampoco se puede negar cierta mediocridad y falta de preparación como en toda profesión. Tenemos el desafío de estar actualizados, no solo titulados. Aplicar los cinco sentidos del periodista que estableciera ese gran reportero polaco, Ryczard Kapuscinski, o lo que el escritor checo Milan Kundera fijó como el undécimo mandamiento del oficio: la búsqueda de la verdad.

En este Día del Periodista Ecuatoriano, más que un saludo, requerimos un ejercicio de autocrítica, pero además que sigamos convencidos de la importancia de la labor del periodista, eso sí, sin renunciar a la Libertad de Expresión.

*PRESIDENTE UNIÓN NACIONAL DE PERIODISTAS DEL ECUADOR – NÚCLEO DE CHIMBORAZO –

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