jueves, 26 de noviembre de 2009

CRÓNICAS DEL TREN - EL FERROCARRIL EN LA TIERRA DE NIEBLA Y FUEGO


Las estaciones de Pistishí, Huigra y Bucay eran típicas, construídas con elegancia y con estilo americano, con un zócalo de piedra, las paredes de ladrillo puro, con madera tratada, muy bien hechas. Se trataba de uno de los tantos atractivos turísticos, ya que en el país eran únicas las tres. Desgraciadamente la primera fue demolida. Actualmente la EFE la intervino y está restaurada.

Todo el complejo que pertenecía al ferrocarril Sibambe-Cuenca es casi inexistente dicen los ferroviarios. Las instalaciones comprendían piscina, canchas deportivas, chalet, escuela, centro de convenciones, viviendas y talleres. Lo único que sobrevivió al tiempo son los recuerdos y nadie hace nada por recuperar estas reliquias afirman con nostalgia los ex trabajadores.

Esta ruta, Sibambe-Cuenca, geográficamente era bonita y de una trascendencia importante. Fue construída en un inicio hasta el Tambo. En la Junta Militar de Ramón Castro jijón llegó hasta Gapal en la capital azuaya. Contaba con tres locomotoras, una de ellas se encuentra en la Avenida Unidad Nacional, frente al estadio Olímpico de Riobamba, es la número 17. En este tramo trabajaban diariamente diez autocarriles, a doble jornada, para carga y pasajeros. Los trenes de carga tenían tanta demanda que todas las semanas se llevaban tres vagones de frutas y productos del trópico a Chunchi, seis vagones para Azogues y Cuenca. De esta última ciudad se transportaba cemento Guapán, productos elaborados por la fábrica El Juri, cuyo destino final era Quito, Ambato, Riobamba o Ibarra. En Pistishí se quedaban treinta vagones con carga, esperando el turno para ser trasladados, las locomotoras no avanzaban con tanto trabajo, relatan. El personal de aquella época debía trabajar turnos de hasta veinte horas. Cuando los gobiernos comenzaron a desatender el ferrocarril, lentamente moría todos los días. Luis Idrovo, ex Jefe de Estación, quien estuvo en ambas rutas, refiere como se categorizaba las estaciones, “por ejemplo Guayaquil y Durán estaciones de primera categoría, al igual que Milagro, Bucay y Riobamba”…

Para Fausto Zambrano, ex trabajador del ferrocarril, éste “era algo maravilloso, era el principal medio de transporte, su gente muy preparada, recorría la Sierra y la Costa, era vida el ferrocarril para todas la poblaciones intermedias”. En la Sierra, el recorrido empezaba por la estación de Alausí, luego Tixán, Guamote, Cajabamba, Riobamba, Ambato, Salcedo, Latacunga, Machachi y Quito. De Durán a Bucay la característica era un trayecto de tipo tropical. A lo largo de la vía podían verse ingenios de azúcar, plantaciones de bananos, caco, café y tabaco. La principal estación de esta zona era Milagro, cuyo desarrollo comercial fue muy importante. Entre Bucay y Huigra la región se mostraba subtropical. Huigra, con alegres casas, rodeadas de jardines y de plantíos de hortalizas. Allí se levantó un busto del General Eloy Alfaro. En el altiplano, Riobamba, en la época de auge ferroviario, la describen como una ciudad con muy buenos edificios, parques, monumentos y hoteles. Al llegar se podía apreciar a los dos lados del vasto anfiteatro de su ingreso, se levantaban los más altos y hermosos nevados de los Andes Ecuatorianos.

El tren ecuatoriano, pese a sus evidentes problemas, se niega a desparecer, y la actual administración de la EFE, al parecer se inclina por la iniciativa turística, para mostrarle al visitante, en sus recorridos, un país de contrastes y de esplendores, donde los sembradíos de la Sierra, que parecen tapices, se entremezclan con los arrozales mientras un sol enorme se entierra cerca del mar. Un país donde es posible admirar las culturas diversas en una tierra de niebla y fuego.

La rehabilitación del ferrocarril y su proyección al futuro, debe ser una política de Estado, es ahora o nunca dicen los más apasionados. Pero esto requiere de un compromiso de todos para reavivar la esperanza. Para Juan de Dios Roldán, Alcalde de Guamote, existe la voluntad política del Presidente de la República para recuperar el ferrocarril, y es necesario dice, el compromiso de las autoridades locales, “espero que en esta vez se haga realidad porque antes han habido ofrecimientos y no se han concretado, hay un compromiso serio y los municipios estamos comprometidos para trabajar desde la competencia de la territorialidad”, afirma.

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