Por: Diego Moncayo Amores
En medio del escándalo que se
inició en Riobamba hace pocas semanas, ¿en dónde quedamos los ciudadanos y
nuestros intereses? El debate ha perdido norte y eso sucede en el río revuelto
donde todos meten su caña a ver qué pescan. Ante la cercanía de nuevas elecciones
locales, el tan manoseado sentir ciudadano está presente en el discurso público
de medios y políticos, algunos de éstos, erigidos en los nuevos adalides de la
salvación de la ciudad.
Encontramos
en nuestras lecturas para poder hacer opinión, esta perla sobre la política:
“La política está tan desprestigiada que pocos, en su sano juicio, se arriesgan
a entrar en ella poniendo su nombre por delante. Eso abre la puerta para el
acceso masivo de los pequeños, los corruptos y los cínicos.” Fernando Vázquez
Rigada, diario Imagen de Veracruz, artículo
“Sin remedio”.
La participación
electoral, es a decir de muchos ciudadanos, el próximo capítulo que vivirá
nuestra localidad, protagonizada por aquellos que se rasgan las vestiduras y
señalan con el dedo a los otros, como culpables de la inestabilidad, el
desorden y la desidia. Y en medio de este panorama, todos aquellos que tienen
la intención de alcanzar una participación electoral tienen la preocupación
clara de ser conocidos y mantenerse en la boca del ciudadano.Arturo Reyes Isidoro, en su portal alcalorpolítico.com, señala que no se debe olvidar que no hay campañas políticas que sean limpias y de caballeros. Una campaña electoral es en realidad una operación de guerra que persigue un solo objetivo, ganar. Años de experiencia enseñan que es más fácil mover al electorado en contra de algo que a favor de algo.
Quienes aspiran a llegar a puestos de elección popular no son ricos y son muy numerosos. La democracia debilita la conciencia, al hacer que los hombres prefieran lo que otros creen que es mejor, en lugar de decidir lo que es mejor, según su propia opinión. Toda clase social usa el poder para su propio beneficio.
Sin duda, toda regla tiene su excepción,
la esperanza que nos queda es que la educación y la inteligencia del pueblo
riobambeño, constituyan una protección para que no caigamos en los mismos
errores de la política, que no permita la entrada de los pequeños, corruptos y
cínicos.
¿Usted qué opina?
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