miércoles, 2 de julio de 2014

PROFESORES ESTRESADOS, ALUMNOS ESTRESADOS…



Por: Diego Moncayo Amores
 
Casi al finalizar el año lectivo en el Régimen Sierra y Amazonía, profesores, estudiantes y padres de familia, vivimos un gran  estrés, ocasionado por varias circunstancias.

Los maestros, aquellos buenos, que son la mayoría,  por  la expectativa de cumplir adecuadamente y con mérito su vocación. Hay de los otros, los “hechos los exigentes”, seguramente estresados por su falta de logros, limitaciones y hasta traumas, que traen  como consecuencia una descarga de frustraciones mediante el acoso académico y hasta el maltrato sobre los estudiantes.

El estrés, dice Ascensión Palomares en su texto, El Estrés en la Educación,  “…es la respuesta psicológica, fisiológica y/o emocional de una persona, al intentar adaptarse a las presiones internas y externas.  …Las personas estresadas suelen responder con una sensibilidad excesiva ante cualquier fracaso o dificultad. Además, no se autovaloran suficientemente, por lo que no disfrutan de los éxitos obtenidos, exigiéndose cada vez más rendimiento y eficacia.” Sin duda muchos docentes y muchos más estudiantes, sufrirán las consecuencias de estar sometidos a estas presiones a las que refiere la autora.

El actual sistema educativo ecuatoriano, genera una serie de derechos, garantías y responsabilidades compartidas entre los integrantes de esta trilogía de la que somos parte, normas de las cuales debemos estar concientes y sin duda estamos llamados observar.

Sin embargo, es necesario llamar la atención sobre casos en los que debido a esa presión de finalizar el año con éxito, los estudiantes y por consiguiente los padres sienten también los efectos del estrés. No se diga los maestros, seres humanos finalmente, que tienen sus propias preocupaciones.

Por ello, es necesario sugerir que dentro de estas innovaciones que se generan actualmente en el sistema educativo, se evalúe de manera permanente el estado de salud física y mental de los integrantes de esta trilogía, para saber cómo nos afectan esas presiones.

No esperemos a sufrir las consecuencias que pueden generar profesores estresados y alumnos estresados.

Usted qué opina?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario