martes, 1 de diciembre de 2009

EL TREN, EMBLEMA DE LA UNIDAD NACIONAL



Hablar del ferrocarril y de sus posibilidades de futuro, ha sido constantemente, más, una pregunta, que una aseveración. Un anhelo permanente para todos quienes de una u otra manera estamos relacionados con el ferrocarril, mucho más para quienes añoran con esperanza su paso vibrante y ruidoso, aspirando que ese paso devuelva vida y esplendor a aquellos pueblos que crecieron a lo largo de sus recorrido. Así el tren se ha convertido en un baluarte de nuestra cultura, a pesar de la precaria situación en la que le ha tocado sobrevivir durante tanto tiempo.
Para poder proyectarse al futuro, el ferrocarril tiene que entrar nuevamente en el imaginario de los ecuatorianos, de la nueva generación, por lo que es necesario refrescar y aclarar la conciencia de lo que significa este medio de transporte y ahora ícono turístico para nuestra ciudad Riobamba, para la provincia de Chimborazo y por supuesto para el país, legándonos importantes tradiciones sociales, culturales y arquitectónicas.
El tren representó el medio de vida de cientos de familias, que en algún momento emigraron por medio del tren, y que hoy varios anos después y un poco más lejos de Riobamba, representan un gran potencial de visitantes, un mercado latente de personas que quieren rememorar sus raíces y orígenes.
Fausto Andrade, médico, ex funcionario del ferrocarril, recuerda como se enraizó en su persona esta vida ferroviaria, que marcó gran parte de su vida: “lo antiguo era que todo el mundo tenía ese cariño por el ferrocarril, daba su vida si es posible por el ferrocarril, la debacle vino cuando hubo el derrumbe en Sibambe, las autoridades, los gobiernos, no previnieron, y de una vez por todas era de hacer la rehabilitación de forma inmediata”. Resena, además que durante su permanencia se convirtió en un ferroviario más: “viajé en tren, en autoferro, en carro de mano, yo me sentí un ferroviario más…”, recordó con nostalgia.
Cuántos gobiernos prometieron la rehabilitación del tren, cuántos proyectos, acuerdos y promesas se encuentran archivadas, olvidadas o perdidas. Cuántas veces nos robaron la esperanza de contar con este tren interandino. Cuántos anuncios pomposos, cuántas inauguraciones de la estación de Riobamba. Cuántos sueños rotos.



Hace casi treinta anos, el turismo descubrió al tren, como una posibilidad de reactivación y salvación del ferrocarril, a lo mejor sin el turismo como tabla de salvación, el tren ya hubiera desaparecido. Sin embargo y a pesar del interés generado a nivel nacional e internacional especialmente en nuestro tramo Riobamba-Nariz del Diablo, tampoco esta actividad ha servido como una solución integral y sustentable. Una mancomunidad conformada por treinta y tres municipios, pretendió la rehabilitación, puesta en servicio, operación, mantenimiento, y comercialización mediante concesión o economía mixta. Esta iniciativa, tampoco prosperó. Actualmente y con la vigencia de la nueva Constitución, se posibilita y es necesario el respaldo de los gobiernos locales para empujar lo que la actual administración de la EFE, ha planteado como modelo de gestión para hacer del tren ecuatoriano. Jorge carrera. Gerente General de la EFE, manifiesta que el trabajo que se han planteado es a mediano y largo plazo, “hay algunos que miran esto(de la rehabilitación) como un negocio, pero no es así. Esperamos que el próximo mes empiecen a llegar los durmientes para los trabajos que están planificados”, dice. Anuncia que se está equipando y capacitando al personal, procurando inclusive medidas de seguridad para las labores de los trabajadores. Sobre su vivencia personal, carrera dice que por su venas no corre sangre ferroviaria, sino sangre ecuatoriana, y esto le motiva a sacra adelante este reto personal y profesional, “estoy cumpliendo un trabajo politécnico y también político”, afirma.
Los alcaldes de la provincia, aún recelan de las propuestas pero mantienen la esperanza y aún dan cuenta de lo que se puede hacer para recuperar esta obra.
Los criterios son diversos, pero el objetivo debe ser uno solo. El tren como eje de desarrollo. El ferrocarril como símbolo de unidad nacional. Juan Salazar alcalde de Riobamba, dice que ha conversado en reiteradas ocasiones con el Presidente (Rafael Correa) sobre el ferrocarril, incluso durante la última visita del Mandatario a Riobamba por su efemérides, el 11 de Noviembre del 2009, dice que se hizo mención al respecto sin especificar detalles. “está el proyecto de la Plaza Alfaro”, dice Salazar, quien afirma que hay disposición de los municipios para apoyar el trabajo.
¿Qué pasó con ese admirable tren que unía a los ecuatorianos? Como si la niebla que baja de las montanas, ocultara los durmientes y los maquinistas escucharan a los lejos a los fantasmas. Relegado por las administraciones gubernamentales de turno, con sus excepciones, y por las promesas incumplidas, el tren perdió sus rieles en cada inundación, convirtiéndose más, en un recurso de la nostalgia.
El tren es el medio más seguro y más evocador para recorrer el mundo, desde las sabanas gélidas de Siberia o un expreso a Estambul, como sugieren los relatos del misterio. Siempre en el tren, como si se tratara de esa antigua alianza con el fuego, los humanos nos encontramos ante el último andén que nos espera.



Viejo y querido ferrocarril,
Naciste lejano, pero pronto viniste,
Cual fuego iluminado,
A quedarte en el corazón de los ecuatorianos.
Despierta amigo fiel que tu canto alegre,
Viaje des el espléndido llano y suba la cordillera,
Converse con el mar y las montanas,
Llevando en tu seno, las esperanzas y anhelos de los hijos del suelo.
Fragmento “Cantata al ferrocarril”, Byron Castro.